viernes, mayo 23, 2008

EXTRAÑO EN TIERRA EXTRAÑA

Que la poesía -si existe- descargue
escoltas de palabras por las calles,
atrape vivos a los peces,
dé ejemplo de libertad en las paredes.

Que la poesía sea como decir badmintón,
minifalda o tierra firme;
zapatista, lluvia o alberca;
hotel, cristal antibalas, Cristo,
Viva Oaxaca.

Que la poesía -si existe- sea
como ver a seiscientas mujeres desnudas
a la hora de la muerte.

Que la poesía sea la duda
y no un seminario de certezas,
que huela a sangre a carne a cocaína.

Que la poesía -si existe- sea
el bar de un amigo, un canal de pornografía,
un grupo de rock, un solista,
un motel sin paredes.

Que la poesía llegue
a los libros en Superbee,
dibujo animado, programa de Microsoft,
una línea de hormigas.

Que la poesía -si existe- sea
un banco de sangre, una diva,
un puente peatonal, un gato negro,
un perro blanco, el imperio del sol,
un narcotraficante.

Que la poesía sea la ceniza,
el altar de los sacrificios,
el verdugo, la doncella.

Que la poesía -si existe- no sirva
para llamarnos poetas,
sino perros, rasgo, huella, mancha,
punto, gesto, piedra en el aire.

Que la poesía sea como decir
doscientos setenta y siete huesos,
ciento tres repúblicas, Eduardo Rodríguez para presidente,
Malcom X, Buster Keaton, Tim Burton o
Nadia Villafuerte.

Que la poesía -si existe-sea
Addison Street, San Cristóbal,
Guanatos, White Room de Eric Clapton,
una jeringa en el lavabo
y otro pinchazo
y otro pinchazo
y otro pinchazo
y otro pinchazo

Luis Daniel Pulido

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